Antonio Santamarina es crítico e historiador de cine y, desde hace seis años, gerente del cine Doré de la Filmoteca Española. Miembro del Consejo de Redacción de la revista “Nosferatu”y “Cahiers du Cinéma.España”, colabora en publicaciones como “Viridiana”, “Cuadernos de la Academia”,“Cinemanía”y “Dirigido por...”. También ha participado en la escritura de diversas obras y libros colectivos y es autor, entre otros, de “Cine negro. Maduración y crisis de la escritura clásica,y “Semillas de futuro. Cine español 1990-2001”, en colaboración con Carlos F. Heredero. Estos días está en San Sebastián como miembro del Jurado de Zabaltegi-Nuevos Directores, sección que estrenará mañana la última de las películas seleccionadas.
Entre otros quehaceres dirige el cine Doré de Madrid. ¿Cuál es la función de esta sala?
La divulgación de la Filmoteca Española. Funciona seis días a la semana durante todo el año, con cuatro o cinco sesiones al día. Se exhiben tanto películas del fondo de la propia Filmoteca como ciclos. Por ejemplo, se va a exhibir la retrospectiva de Monicelli de este Festival.
Como historiador de cine, ¿Podría hablarnos de algún punto de inflexión del cine español?
Conozco principalmente la última etapa del cine español, desde los noventa hasta hoy. En ese periodo, lo más significativo sucedió alrededor de 1995, cuando vieron la luz las primeras películas de Álex de la Iglesia, Enrique Urbizu, Julio Médem, y otros muchos. Además, se produjo la incorporación de mujeres directoras como Icíar Bollaín o Chus Gutiérrez. A partir de ahí, no ha habido un momento tan fuerte. Quizás incluso se ha dado una regresión de la incorporación de la mujer a la dirección.Por otro lado,destacaría la llegada de nuevos directores, que hacen prácticamente el 40 por ciento de las películas que se ruedan en España. Pero no hay un grupo que haya salido con aquella fuerza.
¿Hay un perfil genérico para los nuevos realizadores?
Lo que caracterizó al grupo del que he hablado antes eran sus negaciones. No se identificaban como autores, era gente que quería contar una historia, que no se sentía unida como grupo pero sí que se podían ayudar unos a otros. Ahora hay algunos cineastas que se definen como autores, otros que son más comerciales y otros están más cerca de las realizaciones televisivas. El campo se ha diversificado todavía más.
¿Hay similitudes entre las películas que forman parte de nuestro patrimonio cinematográfico y las realizaciones de los nuevos directores?
Creo que el cambio significativo de ese grupo de los noventa, al que todos ellos hacen referencia, gira alrededor de Pedro Almodóvar. Aunque no siguieran su línea, supuso un punto y aparte, y se refieren a él diciendo que “ha barrido todo lo que quedaba del antiguo cine”.
Con lo que está ocurriendo con el consumo, con la asistencia a las salas de cine, y con la modificación de los formatos, ahora hay un tipo de cine más tradicional.Aunque, por otro lado, se empieza a cultivar el cine de género y también hay directores que van buscando una voz propia, a contracorriente de la tendencia dominante.
¿Cuál es la realidad de la industria y de los creadores en nuestro país?
El momento actual es muy difícil porque el cine está sufriendo un cambio muy importante: del consumo colectivo en salas de cine se ha pasado al consumo individual. Las salas y los distribuidores están viviendo un momento muy difícil; los productores supongo que cuanto más independientes y más pequeñitos, también, y los creadores, tres cuartos de lo mismo. Es muy difícil ser arriesgado ahora. Sobre todo si eres un joven director que haces una primera película y no tienes oportunidad de filmar la segunda. Yo creo que hay que esperar a que todo esto se asiente.
Los realizadores,¿lo tienen más fácil o más difícil hoy en día?
La exhibición es más difícil pero, por otro lado se puede hacer una película con casi nada. Claro que,hacerla para quedarte tú con ella... Creo que las posibilidades de hacer cine y de consumirlo son ahora más grandes que nunca, pero estar en los circuitos oficiales es un poco más difícil, para el cine español sobre todo.
La diferencia en cuanto a formación, generalmente mayor en los nuevos realizadores, ¿se aprecia en la calidad de sus primeras obras?
Se nota en que cumplen con unos estándares mínimos aceptables. Pero no estoy tan seguro de que los estudiantes de las escuelas de cine sean los primeros en llegar. Me parece que la nueva industria, endogámica, se nutre de actores que hacen su primera película,realizadores de televisión...
En cuanto a los contenidos, no es tan fácil tener una buena historia. Creo que hay tendencia hacia un tipo de cine social, quizás entre comillas,pero buscando la marginalidad. Es difícil hablar de la marginalidad desde fuera, sin vivirla. Y no creo que ellos lo sean.
"1995 supuso un salto significativo para nuestro cine"
"Hay mucha diversidad entre los nuevos realizadores"
Itziar OTEGI