"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Frederick Wiseman es toda una institución. Es la figura más conocida del cine directo, el movimiento que en 1960 revolucionó el cine documental y se convirtió en el cronista americano modelo canónico de esta práctica. El carácter longevo y prolífico de una carrera que comenzó en 1967 y que ya suma cerca de cuarenta títulos, no tiene visos de detenerse: en el año en que cumple los ochenta ha presentado en Cannes y ahora en San Sebastián Boxing Gym. Pero, sobre todo,Wiseman es el gran cronista de su país, que ha observado (y el término observacional es clave para definir su posición tanto estética como ética) a través de sus instituciones: una prisión para delincuentes mentalmente perturbados (la demoledora Titicut Follies), una escuela superior (las dos entregas de High School), un departamento de policía de Kansas City (Law and Order), un hospital neoyorquino (Hospital), un campo de entrenamiento de reclutas en Fort Knox (Basic Training), un tribunal de menores de Memphis (Juvenile Court), un centro de asistencia social (Welfare), un centro de investigación sobre monos (Primate), una unidad hospitalaria de cuidados intensivos (la exhaustiva Near Death), un senado local (State Legislature)…
La evidente voluntad de denuncia política que alimenta sus primeras películas (en los años de la contracultura) se troca luego en una visión más amplia que aspira a registrar la complejidad de la conducta humana y de las organizaciones que la canalizan; a esta vía pertenecen su estudio de una agencia publicitaria (Model), un monasterio benedictino (Essene), el Paris Opera Ballet (La Danse)… O Boxing Gym, en donde Wiseman introduce su inquisitiva cámara en una organización que parece, esta vez, relativamente modesta: un gimnasio de barrio en la ciudad tejana de Austin. Como siempre en Wiseman, que tiene formación de abogado y de sociólogo, su sujeto es colectivo y su perspectiva múltiple. En Boxing Gym van a entrenarse luchadores profesionales pero también niños (y niñas) y hasta una mamá reciente con su carrito de bebé a cuestas. No hay grandes climax en el ring (como es usual en el cine de boxeo), no vemos el “ballet” del deporte sino el proceso que lleva a aprender la técnica, las conversaciones de los entrenadores con los miembros del gimnasio
y las muy diversas razones que les han llevado allí.“Es la bestia en acción”, dice Wiseman para explicar su propio interés en el de-porte.“Somos criaturas violentas pero el hecho de que en el boxeo la violencia esté ritualizada significa que está más o menos controlada”.
Antonio WEINRICHTER