"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
“Me habían advertido que ver esta ciudad implicaba enamorarse. Ahora tendré que decirle a mi mujer que tengo un lío, que me he enamorado de San Sebastián”, bromeó Hugh Jackman. No podrá decir que no venía documentado. El actor australiano recordó que su esposa recibió la Concha de Plata hace años (en la 39ª edición, la de Alas de mariposa, la Concha de Plata a la mejor interpretación femenina fue para el equipo de actrices de Waiting, de Jackie McKimmie: Deborra-Lee Furness, Noni Hazlehurst, Helen Jones y Fiona Press). “Llevo desde 1991 oyendo hablar de la gente, la comida y la playa de San Sebastián”, aseguró el protagonista de Prisoners, que propuso renombrar el Zinemaldia como el “Festival Jackmann-Furness”. Solo se puso serio para no olvidarse de quienes lo han ayudado en este viaje desde su Sidney natal hasta el escenario del Kursaal. Mencionó a los directores que le han hecho crecer (Christopher Nolan, Woody Allen o Darren Aronofsky), y a sus compañeros: “Si tu pareja no sabe bailar, es imposible que tú lo hagas bien”, razonó. “Espero que sigamos bailando juntos”, repuso la productora de Prisoners, Kira Davis. “José Luis (Rebordinos), gracias, gracias por este reconocimiento, me siento muy honrado”, insistió Jackman. “No olvidaré esta noche, ni el Premio Donostia, ni la generosidad de la gente de San Sebastián”, prometió.