Más de veinte películas como actor, cinco series de televisión y dos trabajos de realización en cine; la dirección de una serie de televisión y de varias obras de teatro y dos novelas publicadas. El curriculum profesional de Rubén Ochandiano casi desborda lo posible en quince años de carrera. En su relación con la cinematografía latinoamericana se cuentan sus trabajos con el argentino Juan José Campanella en la serie Vientos de agua (2006), con el mexicano Alejandro González Iñarritu en Biutiful (2010) y aunque de factura estadounidense, dos películas sobre el Che con Steven Soderbergh (2008). “El Festival me está dando estos días la oportunidad de conocer mejor el cine latino y estamos encontrando gente –actores, realizadores, directores de fotografía, guionistas– de muchísimo talento y con una mirada muy personal”.

En su primera participación en el Festival de Donostia, Ochandiano (Madrid, 1980) llega como jurado de la sección de cine latinoamericano. “Ser jurado de Horizontes me parece un gran regalo, porque es una invitación a disfrutar no solo de ver mucho cine sino también de intercambiar opiniones y proyectos y, sobre todo, de vivir el cine sin prisa”. Actualmente, la carrera de este polifacético actor discurre entre Francia y España y en sus últimos proyectos destaca la recién acabada Mucha mierda, su primera serie para televisión como guionista y director.

“¿Que no paro? No creas, las cosas se han puesto difíciles en los últimos años. Es un momento complicado para todos y, aunque tengas muchas ganas de actuar, ya no tienes guiones en la mesilla que poder elegir. Yo he tenido la suerte de trabajar bien estos años, pero más que aquí estoy saliendo a proyectos de fuera”. Ochandiano acaba de terminar dos películas que se estrenan próximamente: Infiltrator (EEUU) de Brad Furman, con Bryan Cranston y Diane Kruger, e Incidencias de José Corbacho y Juan Cruz.

El actor se muestra crítico con la situación actual de la industria del cine español y poco optimista con el futuro inmediato: “La verdad, no sé cómo se podría hacer mejor, pero tengo la sensación de que nuestro gobierno nos cuida poco; además de lo del 21 % del IVA, que ha sido un hachazo para la industria, creo que hay muy poco interés por el cine. No conozco mucho, pero este año que me mudé a vivir a París, puedo ver cómo se relaciona el público francés con el cine y también las instituciones, el Ministerio, y veo que lo tratan como un bien de primera necesidad, como los libros o como otras disciplinas artísticas, y creo que eso facilita la producción y la distribución y va en contra de la idea con la que nos movemos aquí de que hacer cine es una especie de entretenimiento o hobby de cuatro titiriteros, un poco como una industria de cuarta y una profesión mal vista o poco apoyada. Creo que la cosa pasa por recibir soporte, no solo económico, sino por darle al cine el lugar respetable que se merece”.

Pilar Yoldi