"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Cuando hablamos con Koldo Alonso, enseguida menciona uno de los referentes del imaginario colectivo en cuanto a la figura y oficio del proyeccionista de cine: “Mi padre era proyeccionista en el cine Gurea de Villabona y yo crecí con ello, como en Cinema Paradiso”. Su hermano siguió en el cine de Villabona, otro proyecta en Andoáin y él ha estado 35 años como proyeccionista en el Teatro Principal de San Sebastián, sede de tantos festivales y ciclos históricos de la ciudad. Una baja no le ha permitido despedirse del Festival antes de la jubilación, pero se muestra tranquilo y resignado: “Mi época ya ha pasado, ahora toca savia nueva, que la juventud entre con nuevas ideas”. Y siguiendo con el linaje familiar, ahora es su hijo quien trabaja también en la cabina del Teatro Principal.
“Tengo un gusto muy raro” declara cuando le preguntamos sobre su relación con las películas, aunque considera que desde cabina uno más bien ve la proyección que no el film en sí, “y como más pases desapercibido, mejor”. La película del Festival que primero le viene a la cabeza y que le marcó especialmente es la ópera prima El rayo de Fran Araújo y Ernesto de Nova, que participó en Nuevos Directores en la edición de 2013.
A diferencia de Cinema Paradiso, Alonso no es un nostálgico y no añora nada de las peripecias técnicas en las proyecciones pretéritas: “El digital es una gozada. ¡Antes era un curro terrible!” Aunque, sin duda, la adrenalina de proyectar durante el Zinemaldia no la supera la calma del digital, “eso sí era un festival, ¡qué nervios!”. Cambiar de rollo a media proyección, intentar no dañar una copia única… cosas que, para bien o para mal, ya son historia.
Marc Barceló