"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
En los años 60, Don Siegel se dedicó principalmente a la televisión. Un medio en el que casaban bien algunas de sus virtudes, desarrolladas en la serie B. Hizo capítulos de algunas series y un puñado de TV movies que no se ven encorsetadas por las reglas de la pequeña pantalla. La primera de ellas, Código del hampa (1964), ni siquiera se estrenó en televisión: demasiado violenta para los hogares americanos. El talante despiadado y cínico de los asesinos protagonistas resultaba insólito incluso en el cine. Y prefiguraban lo que estaba por venir: Quentin Tarantino tomó directamente el aspecto físico y el sadismo socarrón de esos killers absolutamente cool, vestidos con traje y gafas oscuras, para sus personajes de Reservoir Dogs (1992) y Pulp Fiction (1994). El sereno Charlie (Lee Marvin) y el descerebrado Lee (Clu Gulager) se preguntan por qué el piloto al que liquidan (John Cassavetes) no se resiste. Nueva y muy distinta versión del relato de Ernest Hemingway que dio lugar a Forajidos (Robert Siodmak, 1946), en intensísimos colores. Uno de los thrillers más impactantes, brillantes y modernos de la época.
El carnaval de la muerte (1964) y Stranger on the Run (1967) tampoco acusan restricciones televisivas. La primera es también un thriller, nueva versión de Persecución en la noche (Robert Montgomery, 1947). Una investigación de un hombre solitario, Harry Pace (Robert Culp), que trata de averiguar quién y cómo mató a su amigo, desemboca en las calles de Nueva Orleans durante el desfile del Mardi Gras. A destacar la actuación en el club del saxofonista Stan Getz y la cantante Astrud Gilberto con su mítica “Girl From Ipanema”. Stranger on the Run también comienza con la llegada de un tren. Pero aquí el hombre solitario es arrojado del convoy en un pueblo del Oeste. El forastero mal visto, y acusado de asesinato por el sheriff, es Henry Fonda. Otro tren abre La ciudad sin ley (1969), pero éste para llevarse a un muerto. Ésa, y la secuencia final, son las mayores aportaciones de Siegel a un film que retomó otro director a los pocos días de rodaje, Robert Totten. Ambos renunciaron a firmarlo, aunque es un film sólido y emotivo, y se quedó con el habitual seudónimo de Alan Smithee. La cantante de jazz Lena Horne es protagonista junto a Richard Widmark.
Otro western, Dos mulas y una mujer (1970), suposo una curiosa amalgama: argumento del director especializado en secos westerns, Budd Boetticher; espíritu de spaghetti western,Ennio Morricone incluido, con rasgos de comedia; y las tensiones y acercamientos entre un arquetípico Clint Eastwood y una monja (Shirley McLaine) en larga ruta por parajes desérticos. Terreno cómodo para Siegel.