Éste es el tercer año consecutivo que el joven chileno Pablo Álvarez viene al Festival. La primera ocasión participó en el Encuentro Internacional de Escuelas de Cine. El año pasado formó parte del programa de residencias Ikusmira Berriak. Y esta edición, no solo acude como miembro del Jurado Nuev@s Director@s, sino que también presenta el cortometraje El extraño en la sección Zabaltegi- Tabakalera. “Precisamente, una obra que nace a raíz de mi trabajo en la residencia del año pasado”, cuenta.

Según sus palabras, su cortometraje es una mezcla de ficción, documental y una parte de ensayo. “Se trata de la reconstrucción de un personaje ausente y anónimo que se mueve por las calles del Santiago nocturno y que utilizo como excusa para hablar de ciertos problemas sociales”, informa. El estreno de su trabajo será mañana, por lo que todo indica que al chileno le espera un final de Festival con una agenda bastante apretada.

Mientras tanto, el cineasta disfruta viendo películas y analizándolas con el resto de miembros del Jurado. “Carlo es un gran tipo y su forma de dirigir las reuniones tras las proyecciones nos ha facilitado el camino para poder expresar nuestras opiniones con naturalidad”, dice en referencia a su presidente, Carlo Chatrian. Pese a su juventud, Álvarez tiene muy claro cómo debe de ser la propuesta que se lleve el premio: “Lo más importante es que arriesgue y lo haga de forma exitosa. No me valen las películas muy bien ejecutadas que juegan en una zona segura. Busco trabajos que salgan de esa zona de confort”.

Muchos de los autores que presentan sus largometrajes en la sección de Nuev@s Director@s tienen prácticamente la misma edad de Álvarez o están recién salidos de sus escuelas de cine. El chileno reconoce que eso quizá le esté ayudando a conectar más fácilmente con las películas que ha visto hasta ahora. “Muchas tienen una temática social que me permiten identifi carme completamente”. Para Álvarez, “esa preocupación social que muestran los más jóvenes dice mucho sobre el estado de las cosas”.

Aunque le gustaría quedarse en los coloquios para escuchar lo que dicen los realizadores de sus obras, no lo hace nunca porque piensa que eso condicionaría su papel de jurado. “En ese turno de preguntas y respuestas el director tiene la oportunidad de explicar lo que acaba de pasar en pantalla y yo pienso que las películas deben hablar por sí mismas”. Eso no quita para que lo considere un ejercicio muy interesante para el resto del público de la sección.

Es muy posible que ésta no sea la última vez que el cineasta chileno visite el Festival. Quizá el año que viene o quizá más adelante. De momento tiene claro que quiere seguir llevando a cabo proyectos cinematográficos interesantes. “Mientras preparo el terreno a mi primer largometraje de ficción, tengo una idea que realizaría con material de archivo en otro trabajo”.

IKER BERGARA