“Todos los directores de cine con los que he trabajado me han influido, incluso algunos me han enseñado a reconocer qué es lo que no hay que hacer”, explicaba Ewan McGregor en la rueda de prensa de American Pastoral, película con la que ha debutado como director y que ha adaptado a partir de la novela de Philip Roth. “No existe una manera correcta de dirigir, todo depende de tu personalidad. En mi caso, ruedo desde un punto de vista de actor”. Así, el realizador reconoció que en su dirección no ha prestado tanta atención al apartado técnico como al trabajo de los intérpretes.

El propio McGregor es también el protagonista del filme. “Llevaba años dentro del proyecto queriendo interpretar a ‘El Sueco’. Por eso, cuando surgió la oportunidad de que yo fuera el director no quise renunciar tampoco a mi papel de actor”, aseguró. Acompañándole en el reparto, el largometraje cuenta con la participación de Jennifer Connelly, que también participó en la rueda de prensa, y la joven actriz Dakota Fanning.

Los tres han tenido el difícil reto de meterse en la piel de los personajes de la cruda novela de Roth. Ésta narra el drama de una familia modelo americana, el padre es un exitoso hombre de negocios y la madre una ex reina de la belleza, cuya hija adolescente les abandona arrastrada por sus convicciones ideológicas y tras cometer un acto violento. Según McGregor, el hecho de ser padre de cuatro hijas le ha ayudado a conectar más con la historia. “Sin llegar a ese extremo yo también he vivido su rechazo durante la adolescencia y como padre he sentido la necesidad de recuperarlas”.

Además de mostrar el drama familiar, American Pastoral también realiza un repaso a la historia de América a través de imágenes de archivo y vivencias de los personajes. Sobre si desprestigia el movimiento hippie tal y como apuntaba un periodista en la sala de prensa, McGregor no lo ve así. “Ni el libro ni la película muestran los hechos de una forma tan blanca o negra. En ningún momento se sugiere qué parte es mejor que la otra y la prueba es que no se señala a nadie como culpable de la situación”.

Aunque McGregor no conoce personalmente al prestigioso escritor, para él era importante transmitir su esencia. “Para conseguirlo me metí dentro de la novela durante muchos meses. La leía constantemente y escuchaba sus versiones sonoras en el coche o haciendo footing”. El cineasta escocés asegura haber recibido por escrito la aprobación de Roth. “Significó mucho. Si no le hubiera gustado hubiera sido un fracaso para mí”. La opinión de la crítica, en cambio, no le importa tanto. “Nunca he leído las críticas como actor y no lo voy a hacer ahora como director”.

Para McGregor, dirigir una película ha sido tal y como se lo esperaba. Aunque reconoce que durante diecisiete meses ha tenido que llevar el peso de una mochila que antes no había conocido. “Por eso, para que vuelva a realizar otro proyecto como director tendría que amar tanto la historia como he amado ésta”.

IKER BERGARA