Mientras los animales migran de manera instintiva, los motivos principales que conducen a las personas a emigrar parten de una decisión razonada y forzada, a menudo por su situación socioeconómica o política y comparten el claro objetivo de supervivencia y anhelo de un futuro mejor. La República Popular China ha sido un país de población eminentemente rural hasta que, desde la segunda mitad del siglo XX, arrancó un éxodo rural tal que con el paso de los años ha derivado en un cambio demográfico donde recientemente la población urbana ha llegado a superar a la rural.
Para su ópera prima, el director Kun Yang quiso partir de contenidos que le resultasen muy cercanos y dotó de ciertos rasgos autobiográficos a su protagonista, Yu Zhao, a quien sitúa en Beijing donde reside desde hace más de treinta años y cuya única dedicación, tras su jubilación, es ayudar a su hijo en casa y cuidar a su nieto. Un día, Yu Zhao decide volver a Yunnan, lugar en el que transcurrió su infancia, con la idea de emprender una nueva vida; pero una vez allí descubre que sus recuerdos, sus parientes, amigos y amores del pasado han cambiado bastante respecto a cómo él los recordaba. Todo se ha vuelto más frio y rutinario. Él llega con la intención de empezar una nueva vida y sin embargo, allí la vida ha seguido su propio curso.
Kun Yang: “Queríamos que la gente reflexione y examine sus propias luces y sombras”
Esta es la historia de miles de jóvenes que han crecido en zonas rurales y que tras su graduación se marcharon a ciudades más grandes en busca de un futuro profesional que el rural no les podía garantizar. Al igual que el protagonista, el director es originario de Yunnan. Tras graduarse en Dirección en la Academia de Cine de Beijing se instaló en la gran ciudad. Parte de las sensaciones y frustraciones que experimentará Yu Zhao vienen, por tanto, inspiradas de las emociones personales del director, porque él sabe muy bien lo que significa volver a un lugar en el que todo se ha transformado, donde la familia y las amistades han cambiado mucho: “El desarrollo económico de la sociedad ha alterado nuestra forma de relacionarnos, incluso a nivel familiar. En los tiempos que corren ya no nos preocupamos tanto por los demás, y esto es muy triste. Por eso la película busca reflexionar en torno a este fenómeno”.
La película acompaña al protagonista en su retorno y nos ofrece pinceladas de sus reencuentros, para conducir la atención de la audiencia a la cuestión de los lazos familiares y el cuidado de nuestros mayores: “Además de los cambios en los aspectos sociales, culturales y medioambientales de la vida urbana, queríamos que la gente reflexione y examine sus propias luces y sombras al respecto y que reaccione ante la tendencia social actual. En una época en la que la prioridad es el dinero, los valores de la familia tradicional china se están perdiendo en los grandes núcleos urbanos de desarrollo, aunque en nuestro corazón seguimos queriendo mantener esa cercanía, porque la afectividad que aporta la familia es algo que todos queremos mantener”.
Nos explicaba su director que, en un segundo plano, Breeze busca retratar la escasa comunicación existente a día de hoy en los hogares chinos, con el añadido de que en este caso el protagonista se siente desplazado en su figura de ‘cabeza de familia’ por su hijo, que ya es un hombre adulto, padre a su vez, con una carrera profesional brillante, lo que le lleva a sentir que ha perdido su rol: “Esto es lo que le empuja realmente a volver a su pueblo natal. Se marcha en busca de su propia identidad, cuando ve que en Beijing su sitio lo ocupa la siguiente generación”.
Kun Yang se enfrentó a múltiples retos y dificultades durante todo el proceso de creación de su primer largometraje de ficción. Para él, la clave del éxito es ser constante, seguir produciendo y creer en el proyecto por encima de todos los obstáculos. Está muy honrado de estar en New Directors, una selección que no se esperaba y siente mucha curiosidad por ver cómo recibe la audiencia su propuesta.
Amaiur Armesto