"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Coincidía que los movimientos artísticos Ez Dok Amairu y Gaur cumplían medio siglo y que la Nueva Cocina Vasca celebraba su cuarenta aniversario, cuando Aitor Bereziartua y Ander Iriarte decidieron estrenar su nueva productora con la realización de un documental que mostrara la importancia de aquella revolución cultural en la construcción de la identidad vasca moderna. Sin embargo, nada más empezar, los realizadores se toparon con una importante barrera: “Sus propios protagonistas estaban cansados de hablar de ello”, cuentan.
Como suele pasar en muchos casos, la adversidad se convirtió en oportunidad. El “documental clásico” que tenían pensado mutó en una idea novedosa donde cinco alumnos del Basque Culinary Center procedentes de diferentes partes del mundo realizarían un viaje inmersivo a esa década para, posteriormente, elaborar un menú inspirado en ella. “Desde el minuto uno, el Basque Culinary Center se volcó con la idea y nos ayudó a desarrollarla”, aseguran los realizadores.
Gracias a ello, los dos cineastas descubrieron el trabajo que se realiza en la universidad gastronómica y quedaron gratamente sorprendidos. “Me recordó en muchos aspectos a la ESCAC, mi escuela de cine”, dice Iriarte. “De hecho, pienso que las dos profesiones tienen muchas similitudes, ambas tienen una marcada estructura piramidal pero el resultado final es fruto de un trabajo en equipo brutal”, apunta.
Para los realizadores, los movimientos culturales vascos de aquella década tuvieron tres peculiaridades que los hicieron especiales. “Fueron colaborativos, viajaron a un pasado muy lejano para abrazar el futuro y sirvieron para construir un lenguaje”. Antes de empezar a rodar, los cinco estudiantes que protagonizarían el film no sabían nada o muy poco de la cultura vasca. “Para ellos ha sido gratificante aprender sobre aquellos movimientos pero hay que reconocer que para nosotros también”, aseguran los cineastas, a quienes el rodaje les sirvió para empaparse del tema.
Tanto Iriarte como Bereziartua no dudan en incluir la gastronomía dentro de las expresiones artísticas. “Sabemos que ese debate está en la calle. En nuestra opinión, existe un tipo de cocina que se realiza solo para saciar con mayor o menor destreza, y otro tipo de gastronomía cuya voluntad no es la de saciar sino la de transmitir emociones. Igualmente tu puedes pintar una pared porque necesita una mano de pintura o puedes hacerlo para expresar algo que quieres”, comparan.
Acompañando a la película, se publicará un disco con las cinco composiciones de Ez Dok Amairu que se escuchan en el metraje interpretadas por artistas contemporáneos. Entre ellos destaca la presencia del grupo Delorean. “Mientras nosotros rodábamos, ellos sacaban su disco homenaje a Laboa. Fue un hecho casual que encajaba como anillo al dedo en nuestro proyecto. Aceptaron enseguida porque también sienten estos movimientos como suyos”, afirman los realizadores.
“De alguna manera los tres movimientos van a tener su reflejo: Ez Dok Amairu en el disco, el movimiento Gaur en la obra plástica, la película, y la gastronomía en el menú que han preparado los alumnos del Basque Culinary Center y que gracias a esta sección vamos a disfrutar esta noche”. Da la casualidad que ni los estudiantes han visto la película, ni los directores han degustado el menú todavía. “No nos habíamos dado cuenta de este detalle, pero va a ser bonito descubrir nuestras respectivas creaciones el mismo día.”
Iker Bergara