"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
“… Con la otra un raspador. Con una mano preparo la comida. Con la otra me apuñalo (…). Pasé la mañana insultando al bebé. Le dije de todo menos lindo. Al bebé. Qué no le dije, le recontrainsulté. Una boca sucia de madre. Lo llené de agravios al pobre. Espero que no reconozca ninguna palabra, que más tarde no repita delante de todos la concha de tu madre (..) Lo que me salva esta noche y el resto no es para nada el amor de mi hombre ni de mi hijo. Lo que me salva es el ojo dorado del ciervo, mirándome todavía (…). Extractos de “Matate, amor”, la novela de Ariana Harwicz editada por Anagrama, llevada incluso ante los tribunales por perversa e inmoral, en la que se basa Die my Love, dirigida por Lynne Ramsay, película lo suficientemente impía e impúdica como para necesitar productores a los que no les tiemble el pulso para adaptar un libro cuya autora dice haber escrito con ánimo de venganza. Esos productores son no solo el mismísimo Martin Scorsese con su compañía Sikelia Productions, responsable de títulos tal que Boardwalk Empire, Shutter Island o Joker: Folie à deux sino, precisamente, ella, Jennifer Lawrence que puso a disposición de Die My Love su compañía de fabuloso nombre, Excellent Cadaver, creada en 2018. En su haber, ese Bread and Roses dirigido por una cineasta afgana, Sahra Mani. ¿El tema? El genocidio silencioso que empezó a perpetrarse contra las mujeres de Afganistán tras el regreso al poder de los talibanes.
Dos productores sin miedo, una directora que siempre ha ido a por todas y Jennifer Lawrence, actriz, asumiendo un papel casi imposible en lo que tal vez podríamos definir como una distopía del alma, el cuerpo y los sentidos. Acompañada con bravura por un Robert Pattinson, también en proceso de acabamiento como el marido, Jennifer Lawrence se hunde en las entrañas de una mujer que dice “adentro el fuego sigue quemando”.
Begoña del Teso