El cineasta Jonás Trueba encabeza el Jurado en Nest, el cual está conformado por estudiantes de las diferentes escuelas que tienen un cortometraje en la selección.
¿Qué importancia tiene que en el Festival de San Sebastián haya una competencia de cortometrajes de estudiantes de escuelas de cine?
Tiene una importancia muy evidente y simbólica. Es una apuesta del Festival muy clara. Es una sección que cuidan mucho y que la colocan en un lugar preferencial. Lo celebro porque es darle importancia a los cineastas jóvenes, que están empezando. Siempre voy a estar a favor de eso. Con respecto a la idea de la competición soy más crítico. En general, no con esta sección, con todas. Esta idea de que el cine deba competir y adoptemos un lenguaje casi deportivo, en el peor de los sentidos, hablar de “ganadores y perdedores”, es algo que me preocupa en general en la deriva del cine. Creo que en los últimos años se ha convertido en una exigencia que una grandísima parte del sistema del cine se rige a partir de lo que se entiende por éxito gracias a los premios. Esto me hace dudar incluso de participar yo mismo en una sección competitiva. Pero hay que jugar con ello y es la manera de poner el foco sobre ciertas cosas. En este caso es sobre los cineastas que empiezan. Hubiera preferido que fuera sólo una selección. Me quedo con que llevo dos días viendo cortos extraordinarios, ya con mucho cine dentro. Me he dedicado a escuchar a las y los estudiantes que componen el jurado. Sus observaciones están llenas de finura y respeto. Eso es muy bonito.
¿Cómo guías y acompañas los diálogos entre las y los integrantes del jurado, que también son estudiantes de las escuelas con cortos seleccionados?
Estoy intentando no guiar nada. Estoy dejándome llevar por ellas y ellos. Me parecería despótico empezar a imponer mis criterios y mis ideas. He decidido casi dar un paso atrás, cederles la palabra y, sobre todo, crear un espacio (que se ha creado muy rápido) para el diálogo y para compartir el cine. Esto último es lo fundamental: compartir el cine entre cineastas. Pero somos, primero que nada, espectadores. Me demuestran que tienen la mejor actitud de espectadores que es la de la atención extrema, del respeto, la inteligencia a la hora de ver cosas, intuir, asociar, poner las películas en relación. Me está sorprendiendo muy gratamente escucharles. Creo que están muy bien elegidos los cortos, muy bien programadas las sesiones y toda la labor de curaduría. Lo podemos ver con Alejo Duclos, que modera los coloquios. Esto es importante decirlo porque hay todo un trabajo detrás y, en este caso, hay algo muy harmónico, los cortos están puestos en relación.
¿Qué piensas de que las y los cineastas de Nest tengan espacios de formación como las charlas con Claire Denis, Gia Coppola, Jaume Claret Muxart y José Luis Guerín?
Me parece fundamental. El primer día me gustó mucho la sesión con Claire Denis. Es impresionante como ella, una cineasta de ya casi ochenta años, te da una lección de actitud, cómo comparte sus procesos. Me pareció auténtica, verdadera, natural, para nada pretenciosa. Fue capaz de compartir las dudas, todo eso que tiene el cine que es, ciertamente, difícil de explicar, ya que no es intelectual, porque no hay respuestas, ni fórmulas matemáticas. Es importante escuchar eso de cineastas con experiencia que lo corroboran y que hacen que tengas ganas de hacer cine. Escuchas a Claire Denis y quieres hacer cine, a mí me pasó y estoy seguro que a los demás también. Seguro que pasa lo mismo con Gia Coppola, con Jaume y con José Luis. Me parece que esa combinación también se ha hecho bien. Son cineastas de cinco generaciones diferentes.
José Emilio González