El director Iván Fund vuelve a Horizontes Latinos con El mensaje tras su paso por el Zinemaldia en 2021 con Piedra Noche. Vuelven también Mara Bestelli y Marcelo Subiotto, protagonistas de ambos films.
El largometraje, que ganó en Berlín el Oso de Plata Premio del Jurado, relata la historia de una niña que nace con el don de comunicarse con los animales, don que aprovechan sus tutores, en plena crisis económica, con el fin de sobrevivir ofreciendo consultas como médium de mascotas mientras viajan en una pequeña autocaravana por el campo argentino.
El mensaje fue seleccionada para el Foro de Coproducción 2023 y para WIP Latam 2024: “Estamos muy contentos porque aquí es donde se cierra el ciclo natural de la película; aquí empezó en su estado más primigenio, en formato proyecto gracias al Foro de Coproducción, siguió en el Work In Progress el año pasado y estamos muy contentos de poder mostrar la película terminada. Es absolutamente determinante para nosotros haber participado en ambos, tanto con esta película como con Piedra Noche”. Sobre esta última confiesa que “fue un antes y un después; marca la diferencia que la película pueda tener ese apoyo, ese acompañamiento del Festival, sobre todo con la situación que está transitando el cine argentino los últimos años. Ese apoyo, que siempre estuvo, hoy se vuelve más relevante que nunca”.
Para el cineasta es importante recalcar que “lo que está en crisis es eso, la falta de apoyo, la contención hacia el cine y la cultura, pero no el cine en sí mismo. Los cineastas argentinos siempre encontramos la manera de que el cine siga y siga teniendo su lugar”. Por ello, añade, “es importante que esta comunidad de directores y de colegas apoye a todos los que están queriendo hacer su película, ya que no existe el apoyo gubernamental para que siga existiendo esa pluralidad de formas”.
Tanto el director como el resto del equipo insisten en que el film es una falsa road-movie, “porque, en realidad ellos viven en ese camino, no se dirigen a ningún lugar. Creo que la estructura de la road-movie, de alguna manera, siempre está en mis películas porque me resuelve una cuestión dramática de una manera muy sencilla: uno quiere saber de dónde vienen, a dónde van y, como el film ya está en movimiento, ves por dónde pasan. Mirar por la ventanilla es muy parecido a ir al cine, ver la realidad enmarcada”.
No es casualidad que vuelva a trabajar con Bestelli y Subiotto: “Desde Piedra Noche hasta ahora, construimos también una comunidad y una familia, de la cual también es parte Anika, la protagonista de la película”.
En el film existe esa vertiente fantasiosa, “una manera de acceder al mundo que no pierde esa esencia curiosa y que defiende el misterio, ahora que las cosas tienen que estar tan nominadas, encasilladas y taggeadas. Me parecía importante defender una forma de habitar el mundo que sea rica en ese misterio y en esa expansión. Para eso está el cine, para vincularse con el mundo desde otro lugar. Por otra parte, está esa paradoja de la comunicación: siempre es más difícil hablar con la persona que más se quiere. Había algo de eso en la película; un personaje que puede comunicarse incluso con los muertos, pero a quien le cuesta profundamente expresarse, sanar y hablar con las personas que más ama.
Para Gustavo Schiaffino, director de fotografía, “la película tuvo una particularidad determinante, porque implicó ir descubriendo los paisajes a través del movimiento de la camioneta. Fue, en cierto modo, un caminar fotográfico”.
María Aranda Olivares