Ayer continuaron las sesiones de los cortometrajes de Nest, pasando, así, el ecuador de sus proyecciones. En ellas ha quedado clara una cosa: el cine actual sobrepasa cualquier nacionalidad. Las y los realizadores, en varios casos, hicieron sus estudios en escuelas fuera de su país de origen y/o sitúan sus historias en otras regiones.
La primera sesión del día la abrió The Old Bull Knows, Or Once Knew, de Milan Kumar del Film & Television Institute of India, Pune (India). El cortometraje pone el foco narrativo en un toro que vive su último día en un asentamiento nómade antes de ser trasladado a otro sitio. Con una sobria fotografía en blanco y negro, la película aprovecha una vida no humana para abordar el desplazamiento de comunidades indígenas y el ocaso de sus tradiciones.
Por su parte, Ako počúvať fontány / How to Listen to Fountains, de Eva Sajanová, estudiante de la Academy of Music and Performing Arts (FTF VSMU) (Eslovaquia), es una variación alrededor de un elemento del paisaje urbano: las fuentes. Éstas se registran y se reconstruyen a partir de juntar sus azulejos en un estilo de collage y con una animación que remite al checo Jan Svankmajer. Fotográficamente, los edificios se observan atentamente convirtiéndose en materia plástica. La película plantea el problema del agua en el mundo actual de manera lúdica, pero punzante.
El medio ambiente también es central en Daru/n / Daru/n (Passed/Mother), del director alemán Benjamin Hindrichs, con formación en La casa del cine (España). El corto se sitúa en la selva brasileña. Ahí, Lucila, una curandera octogenaria realiza trabajos de cuidados. Con planos estáticos, la cámara contempla a su protagonista en el espacio en rigurosas composiciones. El cortometraje hace preguntas sobre el medio ambiente y sobre cómo saberes milenarios pueden hacer perdurar sus recursos.
La sesión de medio día inició con Habitat Hotel, de la cineasta francesa Marina Xarri con estudios en Tisch School of the Arts at NYU (EEUU). La historia sigue a Boni y su hermano, dos hermanos inmigrantes que trabajan en el Hotel Paris de Nueva York. Ambos oscilan entre diferentes habitaciones, haciendo de este sitio su hogar. En su despliegue narrativo se abordan con sutilezas el tema de la migración, la precariedad laboral y el hotel como espacio donde se cruzan lo público y lo íntimo. Con un toque de humor, el corto es a un tiempo, dulce y político, con ecos brechtianos gracias a una escena con la canción de "La ópera de los tres centavos".
En un escenario semejante, un spa, transcurre A solidão dos lagartos / The Loneliness of Lizards, de la cineasta portuguesa Inês Nunes, egresada de la Elías Querejeta Zine Eskola-EQZE (España). Un grupo de personas se congregan en este espacio marcado por las clases sociales. Por una parte, los huéspedes se relajan en camastros al lado del agua. Por la otra, los trabajadores se dedican a recoger los cristales de las montañas de sal que circundan el spa. Esto último recuerda a la mítica película venezolana Araya (1959) de Margot Beanacerraf. Los personajes comienzan a reptar, al tiempo que sus cuerpos se funden traslúcidamente con los cristales de sal.
J.E.G