"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Hace cinco años, el Festival de San Sebastián emprendió un camino hacia una mayor sostenibilidad ambiental. Reducir la huella de carbono fue el primer paso lógico en un contexto de crisis climática ineludible. Sin embargo, pronto surgió otra pregunta: ¿Cómo puede un festival de cine contribuir más allá de su logística? La respuesta apunta al contenido y a la necesidad de explorar qué significa mirar las películas a través de una “lente climática”.
El concepto, trabajado en colaboración con la European Climate Foundation (ECF), invita a pensar cómo la crisis ecológica atraviesa los relatos audiovisuales. No se trata de programar únicamente cine “ecologista”, sino de preguntarse de qué manera los cambios en el planeta se filtran en las historias que contamos y en las formas de narrarlas. En un tiempo en el que, como recuerda la célebre frase, parece más fácil imaginar el fin del mundo que el del capitalismo, el cine ofrece un laboratorio privilegiado para cuestionar imaginarios y abrir futuros posibles.
Este año, varias películas se acercan a esa dimensión climática desde registros muy diferentes y en secciones diversas del festival. Historias del buen valle, de José Luis Guerin (Sección Oficial); As We Breathe, de Seyhmus Altun (New Directors); Nuestra tierra, de Lucrecia Martel (Horizontes Latinos); Ciudad sin sueño, de Guillermo García López (Perlak); Orwell: 2+2=5, de Raoul Peck (Perlak); Natura Fugit, de Jesús Mari Lazkano (Zinemira); y Flow de Gints Zilbalodis (Cine Infantil). Una programación que demuestra cómo lo climático puede abordarse desde múltiples ángulos, atravesando géneros, geografías y sensibilidades.
Pero el Festival no quiere limitarse a la pantalla. El 23 de septiembre a las 13:30, en el Museo San Telmo, organiza junto a ECF y Climate Spring un cóctel informal para abrir este debate. El objetivo es sencillo: reunir a cineastas, profesionales y voces culturales para conversar, de forma informal, sobre cómo las historias reflejan un mundo en transformación.
San Sebastián no busca cerrar respuestas, sino explorar preguntas. En ese gesto, Zinemaldia se convierte en un espacio de encuentro donde el cine, más que ilustrar el colapso, puede ayudarnos a imaginar otras formas de habitar el futuro.