La violencia es uno de los problemas más preocupantes en México. Sin embargo, es un tema que generalmente se aborda desde un punto de vista superficial. “Pocas veces se ha intentado retratar el origen social de esta problemática; qué hay detrás, cuáles son los ingredientes que juegan para que la violencia se perpetúe en el país”, confiesa el cineasta David Zonana, que presenta una película sobre la normalización de la violencia que se vive en su país en su segundo largo, Heroico. En el film, producido por el prestigioso director y productor Michel Franco, Luis se inscribe en un colegio militar en busca de un futuro mejor. Tanto él como sus nuevos compañeros se verán sometidos a un sistema jerárquico brutal, diseñado para convertirlos en soldados.
El director, que participó en la Sección Oficial del Zinemaldia con Mano de obra (2019), constata que “jamás se había hecho una película que retrate las entrañas de la institución militar. Parece que sea un tema tabú que nadie se ha aventurado a plasmar y para mí era algo necesario. La institución militar es un actor muy importante en la ecuación de la violencia de México”. De hecho, “si tuviéramos que encontrar los jugadores titulares de lo que está ocurriendo en nuestro país serían dos: el narcotráfico y la institución militar”, asegura Zonana.
¿Quiénes son estos jóvenes que ingresan en las fuerzas armadas? ¿Con qué motivos lo hacen? ¿Qué es lo que sucede? Cuestiones como estas intentan solventarse en Heroico. Para el director “era importante retratar el origen que fomenta la inscripción de estos jóvenes a estas escuelas, que en su mayoría es por motivos sociales y económicos”. Para ellos, la institución militar representa la posibilidad de tener un trabajo, estudiar, tener acceso a la seguridad social o a un seguro médico. El film se encarga de analizar y reflejar el proceso que atraviesan en la escuela militar ahondando tanto en el aspecto formativo como en el psicológico. Durante la película, el espectador podrá apreciar la transformación de los jóvenes inocentes que llegan en busca de oportunidades, en hombres capaces de matar y perpetrar la violencia sin compasión: “Es fundamental poner sobre la mesa esta realidad porque nos concierne a todos los mexicanos”.
La sociedad mexicana es consciente de la normalidad que la violencia tiene en el país. El director hace hincapié en “la facilidad que implica que esa violencia se replique una vez está normalizada” y subraya la importancia de analizar el contexto de las fuerzas armadas de México: “Si nuestras fuerzas armadas están a cargo de nuestra seguridad y tienen un proceso formativo donde la violencia es parte del día a día, es obvio que esa normalización de la violencia permee en la sociedad y tenga consecuencias que nos afectan a todos”. Asegura que “se ha intentado atacar este problema de la violencia, pero con más violencia”.
Realizar una película sobre el mundo militar “conllevaba ciertas responsabilidades. Por eso, retratarlo de forma objetiva era importante. No me parecería justo plasmar una idea de lo que yo creía o poner mi opinión sobre cómo son las cosas. No me he tomado libertades a la hora de escribir el guion”. No obstante, no fue fácil documentarse sobre esta institución, “una de las más poderosas de México y, a la vez, una de las más herméticas”. Por este motivo, asegura que el proceso periodístico y de investigación fue muy importante.
En este proceso fueron clave los testimonios que recopiló de decenas de jóvenes que habían estado en algún colegio militar: “En base a ello, fui formando el guion y el mundo en el que se desarrolla la película”. El elenco que conforma el largometraje está compuesto por amateurs; la mayoría de ellos con experiencia militar. Para Zonana era “importante que los intérpretes tuvieran relación con el sector militar. De hecho, ese factor sumó mucho a la hora de filmar”.
El nombre de la película, Heroico, lo toma prestado de un colegio militar real en el que quiso filmar y donde, como esperaba, no obtuvo permisos. Se trata de un edificio con una arquitectura muy particular, que visualmente “me interesaba muchísimo. Por suerte, encontré una localización con unas características similares a las afueras de Ciudad de México”. La película se estrenó el pasado jueves en México, donde asistieron más de 25.000 personas. El director cree que “la gente está teniendo mucho interés por esta historia. Probablemente, por la poca información de la que disponemos los mexicanos sobre ello”.
Para acabar, asegura que es un gusto volver al Festival de San Sebastián, “uno de los festivales con mayor relevancia a nivel mundial, y más aún para el cine de habla hispana”.
María Aranda Olivares