La voz dormida, de Benito Zambrano, es la historia “de lo que nunca tenía que haber ocurrido”.Ajuicio del realizador, lo que el arte y la cultura intentan demostrar es que podemos ser mejores y por eso hace cine, “para que aprendamos y la Historia no se repita”.

El director sevillano ha adaptado la novela homónima de Dulce Chacón, pero no se ha conformado: “Ella me abrió el camino, pero necesitaba investigar, hacer un viaje y meterme en la piel de los personajes,para escribir el guion y dirigir a los actores”.

A través de la historia de dos hermanas -Hortensia, embarazada condenada a muerte, y Pepita, que desde fuera de la cárcel lucha por salvarle la vida y por la custodia del sobrino- La voz dormida nos traslada las injusticias de la posguerra, sin paliativos: “Quería una película excesiva, que el espectador sintiera horror. En 1940 había 500.000 presos en las cárceles franquistas y fueron salvajemente torturados.He ido un poco más lejos que la novela porque necesitaba que el espectador entendiera el terror que reinaba. Si no, íbamos a contar otra película con guante blanco. Pero cintas como El pianista, de Polanski, o La lista de Schindler, de Spielberg, han conseguido transmitir el horror de cómo fue el holocausto, y ese es el trabajo: que sea una bajada al infierno, porque aquello fue un infierno”.

Todavía insuficiente
La actriz Inma Cuesta describió la impresión que recibió cuando, para preparar su papel, habló con las mujeres que vivieron esta experiencia: “Te aseguro que todo lo que se ve en la película no es suficiente. Son muchas barbaridades. Ni 200.000 películas que se hagan serán suficientes para honrar la memoria de esas mujeres”.

El productor Antonio Pérez hizo una defensa apasionada de la película y negó que se estén rodando muchas películas sobre la guerra: “Esa es una gran mentira que circula entre una parte de la prensa y una pequeña parte de este país. Es una pequeña minoría extrema que miente y que está contagiando sus mentiras. Ala gran mayoría le interesa esa época, pero hay una minoría que trata de confundir, que no quiere que se hable de eso”.

Dos hermanas entrañables
Destaca en el filme la interpretación de las dos hermanas -que no lo son en la realidad pero tras la amistad entablada en el rodaje se sienten como tales- encarnadas por Inma Cuesta y María León,sobre todo en el caso de la segunda, porque era su primer papel protagonista. Tras agradecer la ayuda del director y de su ‘hermana mayor’, María León explicó cómo abordó su papel: “Es un personaje bombón, una niña con gran generosidad, inocencia y ganas de vivir, y esos son los ingredientes que yo he puesto en el rodaje.Del resto se encargó Benito”.

La voz dormida es una de las películas preseleccionadas para representar a España en la
próxima edición de los Oscar de Hollywood.

A.D.