A pesar de tener a sus espaldas una prestigiosa trayectoria como guionista y de haber dirigido dos largometrajes anteriormente, el cineasta chino Yinan Diao se considera un principiante. Por eso, aunque hayan transcurrido más de siete meses, aún no sale de su asombro cuando alguien le recuerda el Oso de Oro que obtuvo en el pasado Festival de Berlín por Black Coal, Thin Ice: “A la Berlinale acuden películas muy prestigiosas y cineastas de amplia y dilatada trayectoria. El solo hecho de ganar allí fue para mí algo increíble. En ese sentido, los festivales de cine son muy parecidos al fútbol, no siempre vencen los favoritos y muchas veces saltan las sorpresas”, comenta entre risas el cineasta chino.

Esa victoria en Berlín es la que ha conducido a su película hasta la sección Perlas, algo que va a permitir al público donostiarra disfrutar de una de las obras más cautivadoras del año, un ejercicio de cine negro clásico que, sin embargo, trasciende los rigores del género en una puesta en escena repleta de hallazgos: “No me gusta dar al espectador una visión cerrada de la historia –comenta Yinan Diao–. Un buen filme ha de ser como un río, fluido pero lleno de obstáculos para que el público no pueda atravesarlo de manera lineal, sino que se veaobligado a elegir cuál es el mejor camino para ello”.

Retratos de una obsesión

Black Coal, Thin Ice es el retrato de una obsesión, la del protagonista (un policía retirado) por un caso que jamás llegó a resolver y que vuelve a hacer acto de presencia en su vida, pero también la que mantiene hacia una misteriosa mujer que se cruza en su camino en el transcurso de esa nueva investigación con la que trata de ajustar cuentas con su propio pasado: “El cine negro siempre muestra la vulnerabilidad del héroe y las dudas que genera en la naturaleza humana el confrontarse con la idea de justicia. En este sentido aunque la denominación oficial sea “cine negro” pienso que es un género que se adentra en territorios más bien grises”, dice su director.

Teniendo en cuenta que se trata de un género que nació al calor de una crisis económica profunda (la que vivió EE.UU tras el crack bursátil de 1929), Yinan Diao cree que el noir siempre ha servido para reflejar la conflictividad latente en las relaciones ciudadanas: “Aunque ahora mi país haya conocido un desarrollo económico bastante potente, eso mismo ha generado una fractura social importante. Por eso creo que la China actual es un escenario propicio para el desarrollo de este tipo de narraciones”. j.i.