Gaby y Carlos deciden pasar sus vacaciones en Cuba. Silvia, amante de Carlos, es una mujer que no acepta fácilmente la derrota, por lo que decide seguir a la pareja hasta la isla. Allí intenta ahogar sus penas en rituales de santería. Gaby, por su parte, conoce a Cacho, un animador turístico local, que para ella representa la vitalidad, el color y el calor del Caribe. A través de él, descubre sentimientos que parecía tener olvidados. Incapaz de controlar la situación, Carlos, por carambolas del destino, termina en un hospital con múltiples fracturas de huesos, y allí coinciden sus dos mujeres.