El joven Pablo no conoce a su padre. Con esa necesaria curiosidad como único equipaje, pone rumbo a las islas Canarias y se dispone a descubrir que seguramente su progenitor no es como él pensaba. Del otro lado, Rafael, su padre, recibe la visita, inesperada también, como un descubrimiento, el inicio de la relación que hasta enctonces había evitado.