Un noble degenerado, Sir Hugh Marcy, encuentra en las calles del Londres del siglo XVII a Kitty, una hermosa mendiga. Se la lleva con él, la adecenta y hace que Thomas Gainsborough pinte su retrato. Se encarga además de enseñarle buenos modales, con el fin de arreglar matrimonios de conveniencia: el primero con un comerciante, que muere pronto, y el segundo con un duque, que también fallece.