Marius y Jeanette son dos marselleses que están en la mitad de sus vidas. Marius vive solo en un fábrica de cemento cerrada. Es el guardián de ese edificio, que está a punto de ser derribado. Jeannette cría sola a sus hijos con su ínfimo salario de cajera. Habita en un piso minúsculo abierto a un patio típico mediterráneo. Sus vecinos le dan ánimo con sus risas y sus gritos. El encuentro entre Marius y Jeanette no será fácil, porque, además de las dificultades propias de su situación social, están heridos por la vida. Tendrán que hacer renacer su capacidad para ser felices.