La última película de Manuel Martín Cuenca es la historia de amor con un demonio: Carlos es el sastre más prestigioso de Granada, pero también un asesino en la sombra. No tiene remordimiento, ni culpa... hasta que Nina aparece en su vida. Por ella, conoce la verdadera naturaleza de sus actos y surge por primera vez el amor.
Tras escribir y dirigir en 2001 el largometraje documental El juego de Cuba, en 2003 Manuel Martín Cuenca participó en la sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián con su primera película como director y co-guionista, La flaqueza del bolchevique, con la que María Valverde logró el Goya a la Mejor Actriz Revelación. En 2005, compitió en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián con Malas temporadas. Volvió al largometraje documental con Últimos testigos: Carrillo comunista (2009) y otra vez a la ficción con La mitad de Óscar (2010).