Desde México, concretamente desde Guanajuato, llega Fernanda Valadez y su película: Sin señas particulares. Allí, Magdalena emprende un viaje en busca de su hijo desparecido en su travesía a Estados Unidos. “Decidí rodar allí porque es una realidad con la que estoy familiarizada”. Pero no fue este el único motivo: “Guanajuato tiene una gran riqueza paisajística. Como el presupuesto se vio reducido a la mitad, nos pareció que era la mejor manera de simular que el personaje hace ese largo viaje, cuando en realidad estuvimos contenidos en una zona de 20 km a la redonda”.

La directora nos cuenta que “era un tema muy difícil de financiar en México. Por eso decidimos que tendríamos que realizar una composición con imágenes documentales y escenas de ficción, intentando que todo el film tuviera un estilo similar. Mi miedo era que esos dos mundos de imágenes no pudieran convivir”.

Valadez comenta que los mexicanos “intentamos entender y procesar lo que está pasando en nuestro país. Vivimos una crisis humanitaria que no entiende de clases sociales, no es algo que tenga ver con ser pobre o rico; la realidad de la película afecta a todos por igual”. Sobre la violencia en el país, afirma que “se vive de acuerdo a la región, porque ha ido migrando por territorios. Empezó cerca de la frontera y ahora ha tomado muchos de los estados que antes no la tenían, como Guanajuato”. Añade que “la vivimos como una cosa normalizada; pero eso no significa que no sepamos que estamos en una crisis. Sentimos hartazgo, es una sensación de injusticia generalizada”.

En el film, además de la historia de Magdalena, aparece también la de Miguel: un joven recién deportado de los EEUU que viaja de vuelta a casa. La directora quería que estas dos historias convergieran: “Lo que intentábamos con el guion era dar esta sensación de historias que se cruzan y que hay un mundo mucho más complejo de lo que la película puede reflejar. El personaje del joven deportado nos daba esta posibilidad de aportar esta red de historias que suceden y que a veces no somos capaces de ver; una madre en busca de su hijo y un joven que vuelve un poco obligado”. De esta manera, ambos personajes se encuentran y se acompañan: por un lado, Magdalena buscando a su hijo, y, por otro, Miguel esperando volver pronto a casa.

Sin señas particulares recibió el Premio de la Industria Cine en Construcción en el Festival de San Sebastián 2019 y se estrenó en la World Dramatic Competition del Festival de Sundance, donde obtuvo el Premio del Público y el Premio Especial del Jurado al mejor guion.

Para Valadez, “plataformas como Cine en Construcción o la sección Horizontes Latinos dan visibilidad a pequeñas películas en términos de producción. El Festival supone un antes y un después para un director, para su proyecto y para todo el equipo que lo conforma”. Sobre su largometraje, confiesa que “esta es una película hecha por mujeres fundamentalmente. Es un momento muy bonito, donde somos mujeres haciendo películas, reclamando fondos… parece que empieza a cambiar la cosa”.

María Aranda