Sebastián Arache llega a un pueblo del interior, inmerso en la supertición y el miedo, del que sólo tiene referencas por relatos de su madre. Allí conoce a ana Tamayo, una mujer que es la memoria viviente del pueblo, al cacique Juan Gregorio Valdés y a otros seres que viven miserablemente. Sebastián deberá enfrentarse con una serie de fuerzas que se oponen.