Argelia en 1957. Henry Charlègue, director de Alger Démocratique, único diario que abre sus columnas a la opinión nacional argelina, se ve obligado a pasar a la clandestinidad tras el cierre de su periódico. Una mañana, cuando se dirige a casa de su amigo Maurice Oudinot, arrestado la víspera, cae en una trampa y es apresado. Es conducido a El Biar, un inmueble transformado en prisión, donde será interrogado para iniciar una larga estancia en la prisión.