Ángela tiene 12 años y tres hermanas por parte de papá cercanas a los 30; es él quien, con su muerte, hace que se encuentren por primera vez. Ángela nunca vivió con nadie diferente a su padre y no recuerda a su madre. Sus hermanas la dejarán al otro lado del país con una tía para evitar que quede a cargo del Estado. En este viaje de duelo, en especial mientras comparten cuarto en un hotelucho de carretera, Ángela, en pleno despertar de su cuerpo, reconoce con cada una de sus hermanas la feminidad, la sensualidad, los misterios del placer y del dolor, el cuerpo, la desgracia y el reto de ser mujer en estos caminos.