Kosovo, 2019. La corrupción y el paro hacen imposible que Shpëtim encuentre trabajo. Apenas hay ofertas y, cuando le sale algo, le consideran demasiado viejo porque tiene 52 años. Su vida se complica todavía más cuando su hija sale del orfanato y tiene que volver con él, que no tiene un lugar adecuado para vivir. Cansado de engaños y negativas, Shpëtim decide vender un riñón para poder emigrar a Europa en busca de una vida mejor.