Los hermanos Amaia y Aitor están cerca de cumplir cincuenta años. No tienen hijos. Desde muy jóvenes viven lejos de sus padres, Kontxi e Iñaki, ya jubilados. Un verano se juntan en un crucero llamado Fantasía. En altamar es como si el tiempo se parase, pero más allá del horizonte la realidad sigue avanzando sin descanso.