Yovo vive en armonía con la naturaleza a orillas del Danubio. En la isla próxima a su casa han encerrado a un jabalí salvaje en un cercado y sacrificarán al animal a cambio de un soborno. Un influyente inversor extranjero llega al pueblo de Yovo para que se autorice un depósito de residuos altamente radioactivos. El jabalí resulta ser más fuerte y agresivo de lo esperado y mata a los perros de la partida de caza. La única alternativa para seguir con la cacería es que participe el perro de Yovo, que está muy bien adiestrado.