Hace ya bastantes años que el concepto de lo clásico, al menos en el cine, está en proceso de transformación. ¿Cuándo empieza y termina el clasicismo? Una película como Barry Lyndon, una de las seleccionadas en la edición de Klasikoak de este año, es de 1975, que es el mismo año de Tiburón de Spielberg, y uno más de El padrino II parte, y uno menos de Taxi Driver. Para las nuevas generaciones de espectadores, las películas de mediados los setenta son clásicas. También las que rompieron, en el crepúsculo de los cincuenta, con el clasicismo, de Shadows a La aventura. Incluso las obras punteras de los noventa, como Reservoir Dogs, Rompiendo las olas o Azul, ya parecen clásicas para un determinado público, por lo que Ciudadano Kane o El séptimo sello, Los sobornados o La regla del juego, pertenecen a una categoría distinta del clasicismo tal y como lo entendimos hasta el cambio de siglo, aunque todo ello acabe siendo un galimatías que al cinéfilo quizá haya dejado de importarle.
De modo que en Klasikoak convive durante estos días el citado film de Kubrick con Furtivos de José Luis Borau, que es también de 1975 y ganó la Concha de Oro donostiarra aquel año; el primer largometraje sonoro de Manoel de Oliveira (Aniki-Bóbó); un pequeño y desconocido clásico francés de los cuarenta (Un revenant, de Christian-Jaque); uno de los títulos más importantes de Yoshimitsu Morita, cineasta japonés de los ochenta que falleció en 2011 (Kazoku gemu / Family Game); cuatro mediometrajes vascos de 1985 y 1986 recuperados por Filmoteca Vasca y restaurados en los laboratorios de L’Immagine Ritrovata de Bolonia (Hamaseigarrenean aidanez de Anjel Lertxundi, Zergatik panpox de Xabier Elorriaga, Ehun metro de Alfonso Ungría y Oraingoz izen gabe de José Julián Bakedano); el documental sobre varias personas transexuales rodado en la Transición española y estrenado en el Festival en 1983 (Vestida de azul); uno de los films más prestigiosos del mexicano Jorge Fons, realizado en 1994 (El callejón de los milagros) y una película dirigida en 1961 en el exilio mexicano y restaurada en Elías Querejeta Zine Eskola (En el balcón vacío, de Jomi García Ascot).
Conocidas o desconocidas
En la rueda de prensa de presentación de Klasikoak realizada hace unos días, José Luis Rebordinos comentó que la manera en la que está concebida la sección “no apela a la nostalgia, sino a la necesidad de recordar y hacer memoria”, una frase que sirve también para ilustrar el concepto de otra sección del Festival, “Jóvenes, cine, memoria y democracia”. El director del Zinemaldia puntualizó que los films presentados pueden ser conocidos por el público (los de Kubrick o Borau) o joyas por descubrir (los de Christian-Jaque o García Ascot). Clásicos o clásicos modernos, en definitiva. Como lo es Encadenados de Alfred Hitchcock, la película que cuando concluya el Festival inaugurará un ciclo de otros catorce clásicos que la Filmoteca Vasca y el Festival proyectarán de octubre a diciembre en Vitoria, Bilbao, San Sebastián, Pamplona y San Juan de Luz.
Quim Casas