La guionista y presentadora Isabel Vázquez fue la encargada de moderar la conversación “Jornada Series: Efecto 2000. Retrato de una generación”, que tuvo lugar ayer en la Sala Z, en Tabakalera. La mesa redonda reunió a voces clave del sector: la productora Andrea Herrera Catalá, Cristina Merino, ejecutiva de contenidos originales de MOVISTAR+, y Xabier Zabaleta, guionista y productor; tres profesionales que compartieron su visión sobre el estado actual y el futuro del audiovisual.
La charla arrancó desmontando mitos. ¿Hubo revolución con Los Soprano, o más bien una evolución con hitos? El consenso fue claro: más que una ruptura, lo que vivimos desde finales de los 90 fue un cambio progresivo en el lenguaje, el modelo de producción y la relación con el espectador. La televisión, antes considerada un medio menor, fue ganando prestigio gracias a la irrupción de nuevas narrativas y, sobre todo, de nuevos autores.
Precisamente, el auge de la figura del guionista como autor y motor creativo fue otro de los temas clave. Aunque en países como Venezuela o en el terreno de la telenovela ya se reconocía esta figura, en muchos otros el foco seguía en el director. Hoy, sin embargo, nombres como Phoebe Waller-Bridge, Lena Dunham o los hermanos Caballero reivindican ese rol autoral.
Pero no todo ha sido avance. Vázquez lanzó una provocadora pregunta: ¿El prestigio de la ficción llegó solo cuando se masculinizó? La llamada “la era de los hombres difíciles” (The Wire, Mad Men, Breaking Bad) marcó un punto de inflexión, aunque no sin dejar fuera a muchas mujeres creadoras. Aún hoy, la excepción sigue pesando más que la norma.
En este punto, surgió una reflexión más amplia: ¿Vino el prestigio porque los temas eran masculinos, o porque simplemente no era posible pensar otra cosa en ese momento? Como apuntó Vázquez, “no existía Lena Dunham. Ni siquiera sé si el prestigio viene por lo masculino o si en lo masculino es donde era posible que surgiera”. La estructura de poder en el audiovisual era (y en muchos casos sigue siendo) profundamente masculina.
Desde ahí se construyó también el prestigio. Durante décadas, la televisión fue vista como un territorio “femenino”, casi despectivo. Pero en el momento en que las series empezaron a interesar a los hombres y más aún, cuando los hombres con poder en medios empezaron a hablar de ellas, cambió la percepción.
Aun así, la excepción femenina sigue marcando el ritmo. Casos como el de Lena Dunham, creadora de Girls, ilustran los avances y también las resistencias. Aunque tuvo que soportar una brutal exposición mediática centrada en su físico.
La inteligencia artificial y la creatividad
Y para cerrar, cómo no, el nuevo “Efecto 2000”: La inteligencia artificial. ¿Qué lugar ocupa lo humano cuando la máquina puede analizar, escribir e incluso predecir estructuras narrativas? La respuesta fue unánime: “La creatividad sigue siendo nuestra última frontera”.
María Aranda