"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
En la radiografía de un microcosmos familiar del sur estadounidense, esta pieza de Hellman estrenada en 1960 se aproxima a algunas obras de Tennessee Williams, en concreto a El zoo de cristal. Aquí no son una madre obsesionada en casar a su frágil hija y un hijo obsesionado en irse de la ciudad, sino dos hermanas maduras y solteras, el hermano que aman también de manera obsesiva y la joven esposa de este. No es Saint Louis, como en el zoo de Williams, sino Nueva Orleans, cuya geografía nocturna filma George Roy Hill en la adaptación cinematográfica de 1963 como en otros films estadounidenses en los que la urbe conocida como Big Easy tiene un gran protagonismo, de La gata negra de Edward Dmytryk a Bajo el peso de la ley de Jim Jarmusch.
Hellman no intervino en la escritura de la película, que en España pasó de llamarse Juguetes en el ático a Cariño amargo: el original, más sugerente, hace referencia al ático de la casa de las hermanas, donde se conservan juguetes y objetos de una infancia compartida, mientras que el título español resulta demasiado evidente. El guion lleva la firma de James Poe, una elección coherente teniendo en cuenta que él y Richard Brooks hicieron cinco años antes la adaptación de La gata sobre el tejado de zinc de Williams. Poe conocía tan bien el sur como Hellman, y el tipo de personajes retratados en un marco asfixiante de melodrama caluroso: elevadas temperaturas, sudor, ventiladores, viejas neveras, jarras de té helado en el porche…
Toys in the Attic es un estudio de caracteres al límite. Julian es en apariencia mentiroso e irresponsable. Lo interpreta Dean Martin en la época en la que alternaba seductores canallas (el de Bésame, tonto) con los films del rat pack y los del agente secreto y paródico Matt Helm. Anna (Wendy Hiller), una de las hermanas, es tenaz, severa y responsable. La otra, Carrie –encarnada por Geraldine Page, quien venía de interpretar seguidas dos adaptaciones de Williams, Verano y humo y Dulce pájaro de juventud–, es fantasiosa, irresponsable y enfermizamente apegada a Julien. Lily (Yvette Mimieux) es la esposa: demasiado joven, ingenua, sin criterio propio, pero la más integra de la particular fauna humana. Lily, Lillian, como Hellman.
La trama general es algo confusa, no así los detalles particulares que acercan o separan a estos personajes atrapados en sus inseguridades emocionales, decisiones erróneas y actos patéticos. Fue el segundo film de George Roy Hill, responsable de futuros éxitos con Robert Redford (El carnaval de las águilas), Paul Newman (El castañazo) y los dos juntos (Dos hombres y un destino y El golpe), además de propuestas más ásperas como Matadero cinco. Destaca el trabajo del operador Joseph Biroc en blanco y negro y panorámico, siempre encima de los personajes en sus perpetuas tensiones y momentos de felicidad espuria, y la presencia fugaz, aún firme, de Gene Tierney como la madre de Lily, el cabello plateado por el tiempo que la había superado desde la imagen resplandeciente de Laura.
Q.C.