Ayer los Cines Príncipe acogieron el estreno de Hombre Bala, un documental sobre Mikel Erentxun que conmemora los cuarenta años de la primera gira de Duncan Dhu. Pese a tratarse de un motivo de celebración, la cinta arranca en una cama de hospital, justo antes de que el músico fuese operado del menisco. “Me parecía el momento idóneo para arrancar la película, porque uno de mis objetivos era mostrar también sus vulnerabilidades, inseguridades y miedos”, explica la directora Anuska Ariztimuño.
Este es el primer largometraje de esta realizadora guipuzcoana, que cuenta con una amplia experiencia en la dirección de piezas publicitarias. Ariztimuño reconoce que, cuando Baleuko y Gona Cinema le propusieron el proyecto, no conocía previamente a Mikel Erentxun y ni siquiera era seguidora de su trayectoria. Por eso, nada más aceptar, lo primero que hizo fue reunirse con él para conocerle y comprobar la sintonía entre ambos. “Si no hubiese sentido ese feeling desde el principio, por supuesto que no hubiese seguido adelante con el proyecto”, asegura.
Antes de comenzar a filmar, Ariztimuño contó con la colaboración de dos guionistas, María Eskisabel y Nerea Gil. Para la realizadora era importante definir con ellas una tesis principal y unos hitos de guion. Ariztimuño es consciente de que, cuando grabas un documental, muchas veces no sabes por dónde va a ir la historia, pero “sentía que necesitaba tener un punto de apoyo al que agarrarme y evitar quedarme a la deriva en algún momento de la grabación”.
El film también incluye entrevistas personales al músico en un entorno íntimo. El reto de la directora fue crear un espacio seguro en el que él se sintiera cómodo y pudiera abrirse con sinceridad. En muchas de esas conversaciones se escucha también la voz de la propia Ariztimuño dándole réplica. “Fue una decisión premeditada. Quería que quedase claro que estaba hablando con alguien y mostrar al espectador el vínculo que se había construido entre los dos”, explica.
Tanto en estas entrevistas como en los encuentros del músico con otras personas, como sus excompañeros Juanra Viles y Diego Vasallo o su mánager Iñigo Argomaniz, la película recurre a planos poco convencionales. Según la directora, se trata de otra decisión estilística “para alejarse de los formatos más televisivos”.
A lo largo del metraje, Erentxun no tiene reparos en abordar temas delicados, como la expulsión de Juanra Viles del trío inicial de Duncan Dhu. “Para cuando grabamos este documental ya eran amigos y todo estaba arreglado, pero creo que hablarlo cara a cara delante de una cámara ha sido positivo para ambos y les ha ayudado a sanarlo todavía un poquito más”, opina la directora.
La cinta incluye además algunas imágenes de archivo cedidas por la familia de Erentxun. Para la directora, son “pequeños diamantes” en Super 8 que aportan mucha verdad a la historia del músico. “Su madre aún no ha visto la película, pero nos ha dicho que cada vez que aparece una de esas imágenes en el tráiler no puede evitar llorar”, señala Ariztimuño.
La directora está muy contenta de estrenar su primera película en el Festival y agradece que tanto las productoras como el propio músico hayan sido tan generosos y le hayan apoyado durante todo el proceso. “Creo que todas las patas del proyecto nos hemos entendido a la perfección, me han dado todas las alas del mundo para hacer lo que quería y estoy muy contenta con el resultado”, concluye.
Iker Bergara Etxegara