"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Casi treinta películas desde su debut en 1989 conforman la filmografía de Junji Sakamoto. Una treintena de títulos que incluye un film sobre el famoso samurái ciego Zatoichi (Zatoichi, the Last) y una coproducción cubano-japonesa sobre un guerrillero boliviano de origen japonés que se unió al Che Guevara (Ernesto).
Teppen no mukou ni anata ga iru/Climbing for Life, film incluido como proyección especial en la Sección Oficial del Zinemaldia, que Sakamoto presentará hoy en la sala 3 de los Príncipe, es su último trabajo y con él inauguró la pasada edición del TIFF de Tokio.
Sakamoto reconstruye la parte esencial de la historia de Tabei Junko, la primera mujer escaladora que, el 16 de mayo de 1975, coronó el Everest. Después sería la primera en alcanzar la cima de las denominadas siete cumbres (Everest, Kilimanjaro y Aconcagua entre ellas). Junko había creado el Ladies Climbing Club de Japón, formado esencialmente por mujeres trabajadoras en distintos ámbitos, desde la enseñanza hasta la informática. Los preparativos para la aventura del Everest se hicieron en condiciones bastante precarias en lo material y en lo económico, pero salió redondo. Junko falleció a causa de un cáncer en 2016, a los setenta y siete años.
Sakamoto reencuentra en Climbing for Life a una actriz a la que había dirigido en varias ocasiones, Yoshinaga Sayuri, para que de vida a la protagonista. Yoshinaga es también la intérprete habitual de Yoji Yamada, con quien ha trabajado en Kabei: nuestra madre, Nagasaki, recuerdos de mi hijo y la reciente Una madre de Tokio. Sakamoto lo tiene claro: “Yoshinaga es un tesoro nacional que ha honrado la cima del estrellato durante generaciones”. El símil con la propia experiencia del personaje evocado, alguien que honró también muchas cimas montañosas, resulta evidente.
Quim Casas