Nacida en París, en 1980, ha venido a Donosti para clausurar Perlak con su sexto largometraje, Vida privada, un film que propone una mezcla de géneros a la hora de narrar las tribulaciones de una psicoanalista (interpretada por Jodie Foster en perfecto francés) a la búsqueda de sí misma.
El título de Vida privada resulta hasta cierto punto irónico para una historia protagonizada por alguien que interviene sobre la identidad de los demás.
A los psicoanalistas les contamos cosas íntimas que no compartimos con otras personas y eso me pareció un buen punto de partida para rodar una suerte de thriller criminal como éste. Hay algo de juego en la película, como lo hay en el propio título que ironiza con esa doble idea de intimidad y de privar de vida, dado que la protagonista se lanza a investigar un supuesto asesinato. No obstante, como decía García Márquez, creo que todos tenemos una vida íntima y una vida secreta y éstas rara vez coinciden.
Con sus acciones la protagonista parece querer llenar el vacío de su propia vida.
Lo que le ocurre al personaje de Jodie Foster es que, al tener acceso a esa cantidad de secretos inconfesables por parte de sus pacientes, se le suscita un deseo de aprehenderlos. Siempre nos resulta más interesante lo que no tenemos que nuestra propia vida, que nos parece gris, rutinaria… De hecho, el mismo hecho de ir al cine está un poco vinculado a esa idea. Lo que sí me parece muy actual en la protagonista de mi película es ese deseo de ponerse a jugar a los detectives llevada por teorías conspiratorias.
También resulta irónico que, siendo como es una mujer guiada por el rigor científico, acabe yendo a una hipnotista de cara a obtener respuestas simples a temas complejos.
Sí, eso también me resultaba divertido. El hecho de que esa sesión de hipnosis la llevara a una especie de vida anterior, me parecía una premisa muy estimulante. Es el tipo de juego que nos permite ver esos prejuicios de clase que tiene la protagonista desdeñando todo aquello que no entiende o no alcanza a comprender.
La película mezcla elementos de thriller, comedia y drama. ¿Se siente cómoda maridando géneros?
Sí, totalmente. De hecho, me parece uno de los grandes hallazgos que tiene el guion de esta película. Pero luego había que lograr que funcionara y si lo hemos logrado es por la musicalidad que tiene la película y ahí es muy importante la labor de Rémi Peral, el autor de la banda sonora, con el que llevo colaborando desde hace muchos años. Él hizo una partitura con muchos momentos de percusión inesperada, un poco al modo del score que Mancini hizo para Charada. Al ver la película de Donen pensé “justo eso es lo que estoy buscando”.
¿Cómo llega a Jodie Foster? ¿Cómo la implicó en el proyecto? ¿Y a los demás actores?
Cuando una actriz como Jodie Foster entra en el proyecto, después se suma todo el mundo (risas). Yo creo que es relativamente fácil que cualquier actor, incluyendo las grandes estrellas, te digan que sí si sienten que los papeles que les ofreces están específicamente escritos para ellos. Y eso es lo que nos pasó con Jodie Foster, pero también con Daniel Auteuil, Virginie Efira, Matthieu Amalric y el resto de intérpretes que aparecen en la película. No importa que les llames para un protagonista o para un papel secundario, si el personaje está bien armado.
Jaime Iglesias Gamboa